Por Cuadrilla deberán ir en el siguiente orden: cartel adornado con flores, “piñorras”, Caldera portada por los Cuatros, Jurados, Secretarios, acompañamiento y músicos.

         Lento y majestuoso desfila el cortejo por el Collado. Al pasar por la ermita de La Soledad se bendecirá cada Caldera y ya en el lugar destinado al efecto se dejará, en sitio preferente, junto a la mesa dispuesta a gusto de los Jurados donde estarán las viandas para la “prueba”  por la Autoridad y una vez realizada se procederá al reparto entre los concurrentes.

Y cumplido el rito

más tradicional,

la típica prueba

por la Autoridad.

Todo el vecindario,

alegre y jovial

recibe su parte

de vino y de pan.

         Mientras tanto, en el local de la Cuadrilla, el “repartidor de caldera” y ayudantes distribuirán la “tajada” a los vecinos que entraron en Fiestas.

         A mediodía la Cuadrilla se junta en un banquete que pagan los Jurados, en el que participan también familiares y amigos.

Y por la tarde a los toros, que suelen ser “decentes” e invita el Jurado.